Pudin de bollos
Receta cortesía de El Invitado de Invierno
Este pudding hecho con restos de bollería es un clásico de cualquier cocina, porque conviertes esos bollos que se te han quedado duros en un dulce igual o más rico. Como un flan casero, pero más contundente por la masa de bollería que le da solidez. El pudding se hace igual casi que un flan, con su caramelo en el molde y con el preceptivo descanso en la nevera después de dejarlo enfriar, para que acabe de coger cuerpo. Nunca más tirarás ningún bollo tieso.
Ingredientes para 1 pudin mediano
280 g de leche entera; 3 huevos; 50 g de azúcar; 250 g de bollos; 80 g adicionales de azúcar y una cucharada de agua para el caramelo
1
Prepara el caramelo para el molde: pon en un cazo los 80 g de azúcar con el agua y caliente a fuego vivo, sin remover, hasta que caramelice. Cuando esté bien tostado, viértelo en el molde del pudding e inclínalo haciendo un movimiento circular para que el caramelo cubra todo el fondo. Deja enfriar; mucho cuidado en toda esta operación, porque el caramelo quema mucho.
2
Pesa los bollos y córtalos en rodajas o trozos. Reserva.
En un bol casca los huevos y añade el azúcar y la leche entera. Mezcla con unas varillas.
3
Coloca las rodajas de bollos en el molde, intentando que no queden muchos huecos. Vierte el líquido por encima y presiona los trozos de bollo, que tienden a flotar, empujándolos hacia abajo para que absorban el líquido. Coloca la tapa, si el molde la tiene.
4
Calienta el horno a 150°. Pon en el interior una fuente donde quepa el molde del pudding.
Aparte, calienta agua. Cuando el horno esté caliente, mete el molde sobre la fuente utilizada y vierte el agua hirviendo. Cierra de inmediato y cuaja el pudding durante unos 35-40 minutos.