Paso 1
Coloca un trozo grande de papel film sobre una taza o un bol de pequeño tamaño y ahuécalo hacia el fondo. Echa unas gotitas de aceite en el hueco para que luego el huevo no se pegue. Casca un huevo y viértelo sobre él. Encierra el huevo en la bolsita de papel film procurando que haya la menor cantidad de aire posible. Anuda los extremos de la bolsita. Cuece el huevo durante 4 minutos en agua hirviendo. Sujeta la bolsita por el nudo para que no toque el fondo caliente de la olla y se abra.
Paso 2
A continuación hay que preparar el baño maría. Puedes usar la misma olla con agua hirviendo para preparar un baño maría. Coloca encima un bol lo suficientemente ancho como para que no entre nada de agua en él. Derrite la mantequilla en un vaso o un recipiente alto y estrecho y retira el residuo de suero lácteo blanquecino que queda al fondo. Echa las yemas en el bol del baño maría, añade sal y zumo de limón y empieza a batir enseguida para que no se cuajen por el calor.
Paso 3
Seguidamente, comienza a verter un hilo de mantequilla clarificada sobre la mezcla sin dejar de remover con las varillas. Cuando emulsione, retira el bol del baño maría y reserva la salsa holandesa a temperatura ambiente. Coloca el mollete sobre un plato resistente al horno y distribuye el bacón sobre él. Pon encima el huevo escalfado y báñalo en salsa holandesa.
Paso 4
Remata moliendo pimienta negra por encima. Mete el plato en el horno precalentado a 180° C durante 3 minutos. Decora el huevo benedictine con cebollino fresco picado y sírvelo inmediatamente.